Cuando llega la frustración

Durante años he escogido el camino de la evangelización del software libre, por que estoy convencido de que es la forma que podemos enfrentar mejor como sociedad la nueva Era del Conocimiento.

Cada día que pasa, los ordenadores se vuelven más parte de nuestra vida cotidiana, incluso para el ciudadano de a pie, quién posiblemente jamás en su vida a operado un computador; pero esto no lo excluye de ser afectado por su existencia. De hecho, es quién es más afectado; ya que su ignorancia en el uso de las tecnologías lo está convirtiendo en un ciudadano de tercera categoría en este mundo global.

El software libre, por intermedio de sus cuatro libertades promueve y brinda las garantías universales para que todos los residentes del planeta podamos interactuar sin temor con los ordenadores y que nuestros derechos humanos más básicos sea respetados en el quehacer tecnológico y por los desarrolladores y poseedores de los derechos de programas informáticos.

Muchas personas piensan que la tecnología es algo que no necesitan conocer, ya que la misma la ven como algo ajeno a su quehacer diario. Nada más incierto, es esta conclusión porque el desconocimiento de la tecnología en nuestra época es similar a ser un analfabeta.

En los tiempos antiguos, la iglesia y los magos (protectores y recolectores del conocimiento escrito), poseían un gran poder sobre la sociedad e inclusive sobre los gobiernos. Nadie osaba enfrentarse por temor. Es por ello que en la época medieval la iglesia persiguió a todo investigador o científico tildándolo de hereje o hechicero, era su forma de imponer su monopolio de poder absoluto. Casos como el de Galileo Galilei, las Cruzadas Santas entre otras son muestra de esto.

Nuestra historia está plagada de hechos que documentan fehacientemente como el conocimiento ha sido sinónimo de poder para todas las civilizaciones, que a lo largo del tiempo, han gobernado el planeta.

El software libre es una forma de combatir el control y la dominación en forma de tecnología y es la razón principal, por la cual considero que debería ser, como de hecho es en otros países, un tema de prioridad de estado.

Desafortunadamente, nuestros gobernantes en el área de tecnología y sus delegados para implementarla a nivel de gobierno no terminan de salir de las buenas intenciones y desafortunadamente para muchos de ellos el tema de software libre es un tema de moda sólo para no quedar fuera de los coloquios y conversaciones de pasillo, así como fuera de las oportunidades de ayuda económica extranjera. Dicho de otra forma sirve como herramienta de chantaje para las grandes corporaciones internacionales.

Espero, que en algún momento, podamos salir como gobierno y país, de tanta miopía y nos encaminemos por el sendero del verdadero desarrollo de conocimiento haciendo valer los acuerdos de convenio de colaboración con Extremadura y la Comunidad Europea para la creación del Centro de Software Libre, impulsando y promoviendo en las universidades una revolución de conocimiento donde empecemos a formar investigadores y desarrolladores, no meros usuarios.

Panamá, debe ser para los panameños y eso incluye a aquellos extrajeros que viven en nuestro territorio nacional que sienten igual o más un amor profundo a nuestra cultura y sociedad haciéndola propia.